Nos encontramos
con frecuencia, agobiados por una actividad laboral y social frenética que nos
impide pensar en nosotros mismos y en quienes somos o en que queremos.
La
situación se complica cuando en nuestra vida sucede alguna situación adversa como,
por ejemplo, una enfermedad o quedarnos
sin trabajo.
Las situaciones problemáticas, en general, desencadenan situaciones de
desanimo o de frustración que provocan que sin darnos cuenta vayamos
modificando nuestra conducta y cambiando nuestros hábitos. Es probable que entonces, empecemos a descuidarnos físicamente o que
adoptemos comportamientos que finalmente van a acabar alterando aun más nuestro
estado de ánimo.
Todo este
cambio físico y psíquico empieza a suceder por varios motivos.
Uno de
ellos es porque ante las situaciones
adversas empezamos a gestionar mal nuestro tiempo.
También empezamos a aislarnos socialmente.
Nuestro estado de ánimo decaído nos hace rehuir la compañía de los demás,
hablamos menos, con otras personas.
Otra
circunstancia que influye para que se produzca ese cambio de nuestro estado
físico y psíquico es que nuestra
autoestima decae y nos sentimos poco valiosos. Eso nos puede hacer buscar “compensaciones” que nos aumentan
nuestro malestar tanto físico como psicológico, por ejemplo, comer demasiado o tomar determinadas
substancias, o bien, descuidamos nuestra actividad deportiva o de ejercicio
físico en general, andar, por ejemplo.
Si la situación va evolucionando en este sentido, se corre el riesgo
de caer en una depresión.
La forma de evitar ese riesgo es empezar a plantearnos como reencontrarnos a nosotros mismos.
A algunas
personas les es útil leer libros de filósofos clásicos. Estos libros sorprenden
a veces por su rabiosa actualidad aunque hayan sido escritos hace siglos.
Aproximarnos
a nosotros mismos a través de la meditación, poder pensar acerca de nuestro estado de ánimo, puede ayudarnos a salir de
los baches en que nos sitúa la vida. Meditar es terapéutico es una forma de
conocerse a sí mismo y de cuidarse.
La amistad seria otro puntal en el que apoyarnos. La amistad es imprescindible
para la vida feliz. Tener una vida familiar estable y una buena relación de
pareja son fundamentales.
Si nos aproximamos a nosotros mismos y a los demás, sin miedo,
podremos conocernos. Podremos llegar a identificar cuáles son nuestras
preferencias.
Saber qué
es lo que nos gusta, nos ayudara a replantearnos
algunas cosas de la vida de manera distinta o encontrar nuevos caminos para
orientar nuestra vida.
También
conseguiremos mantener cierta distancia entre
nosotros y las cosas que nos suceden, por terribles que pudieran parecernos
al principio.
Ver las cosas con cierta distancia nos ayuda a
mantener el estado de ánimo y a pensar de manera más positiva, incluyendo
incluso algún toque de humor. El humor es una forma de tomarse en serio lo que nos
sucede. Nos permite pensar de forma más clara.
Una distancia
óptima entre nosotros y las cosas que
nos suceden nos ayuda también a dejar que las cosas sucedan sin que nos afecten
tanto. Es entonces cuando podremos encontrar ideas que nos ayuden a
enfocar aquello que nos preocupa de una manera más operativa y encontrar
soluciones que antes nos parecían imposibles.
Si conseguimos conocernos a nosotros mismos y podemos mantener un
circulo de amistades con las que intercambiar ideas, veremos más claro cómo
resolver las dificultades que vayan surgiendo
en la vida.
