Suele ser frecuente que tengamos una larga
lista de asuntos pendientes de resolver. Es posible incluso que a veces comentemos con ironía que somos
capaces de hacer dos cosas a la vez.
En realidad la actitud de
no centrarnos en una tarea o de querer hacer dos cosas a la vez, incrementa
nuestro estrés. Además, nos sentiremos agotados antes de empezar. Difícilmente disfrutaremos de lo que estemos haciendo y es probable que cometamos errores que nos
harán ingrato el trabajo.
¿Y si decidiéramos mantenernos centrados en el presente?
Probar a estar atentos,
únicamente, a la tarea que estemos desarrollando en el momento presente, nos puede ayudar a sentirnos mejor y a ser
más eficientes.
Al principio nos va a costar un poco. Requiere de un esfuerzo de atención.
Pero por rutinaria que sea la tarea, por
larga que sea la lista de cosas pendientes, vale la pena concentrarnos solo en lo
que estemos haciendo en el momento presente.
Si lo conseguimos, descubriremos que nuestro interior se calma y que podemos ver las cosas
de una manera más clara.
Prestando atención total a una
tarea, esta se convierte en algo más intenso para nosotros y empieza a resultarnos
agradable.
Esto sucede así porque nuestra
mente se hace más lenta y se interponen menos pensamientos entre nosotros y la tarea que estemos haciendo
en aquel momento.
Se trataría de darle importancia a todas y cada una de las cosas
que hacemos, no solo a las tareas supuestamente "importantes."
Aplicar ese “estar presente” a
todas y cada una de nuestras actividades nos va a permitir disfrutar de nuestra
vida y valorar más todos los pequeños momentos que habitualmente nos estamos
perdiendo.
Estar atentos al presente nos ayuda a dar más calor a lo que ocurre en nuestra vida