dijous, 28 de desembre del 2017

COMO AFRONTAR LAS FIESTAS NAVIDEÑAS


Las fiestas navideñas son entrañables pero, no siempre son tan felices como se suele decir. Para muchas personas son momentos de soledad o son momentos de encuentro non gratos con familiares con los que prefiere no coincidir. También suele ser obligatorio asistir a las cenas de empresa o de otras entidades a las que pertenecemos y a las que no siempre nos apetece ir.



Pero lo que si solemos desear la mayoría de las personas es tener momentos de encuentro con personas queridas con las que compartir  una comida o una conversación tranquila.
Poder estar alrededor de una mesa y que haya un ambiente agradable es posible, aunque a veces, para algunas familias parece que sea difícil. Se trataría de poder cuidar como nos comunicamos con los demás esos días.
Dejar de lado los temas más espinosos es primordial. Hay cuestiones que no vamos a resolver en una comida navideña y sin embargo curiosamente siempre hay alguien que saca esos temas durante esas comidas tan entrañables. Lo que obtiene a cambio es una réplica enérgica por parte de otra persona del grupo familiar y se acaba teniendo una discusión.



Un buen propósito para esta situación sería proponer que algunos temas se aplazaran para otro día. Si dos más personas del grupo, tomaran la iniciativa de zanjar la cuestión, proponiendo dejar de lado los temas difíciles, probablemente se podría disfrutar de una reunión  agradable.
También hay quien tiene tendencia a hacer comentarios viperinos a costa de uno o varios compañeros de mesa. Saber esquivar esos comentarios con gracia, es un arte que se  puede aprender. Se trataría de evitar el enfrentamiento pero saber responder poniendo  un toque de humor que  no sea hiriente. Eso ayudaría a neutralizar al “gracioso”.


Si prevemos que las reuniones que se nos avecinan estos días van ser complicadas, va a ser fundamental que nos preparemos para ello. Los temas que suelen salir en esos días, o los comentarios que se pretenden chistosos acostumbran a ser repetitivos. Eso facilita que podamos pensar algún tipo de respuesta genérica para situaciones más o menos similares. Esa sería una manera de ejercitar nuestra agilidad mental.



También podemos cuidar cual es el lugar que ocupamos en la mesa intentando  sentarnos al lado de las personas más afines.

En días previos, si la situación nos agobia, cuidarnos a nosotros mismos, haciendo ejercicios de relajación puede ser una buena forma de paliar la ansiedad que en ocasiones provocan estos encuentros familiares y/o sociales.




dimecres, 20 de desembre del 2017

COMO EXPRESAR NUESTRO ENFADO


Cuando nos sentimos enfadados por algún motivo con alguien, sentimos que nos invade la ira. Este es un sentimiento que nos cuesta aceptar y expresar, especialmente si se trata de personas a las que queremos.


Pero la ira no deja de ser un sentimiento humano, como cualquier otro. La cuestión es cómo expresarla de una manera adecuada que mejore la relación con las personas que nos han hecho sentir mal. Si no la expresamos, la ira acabará surgiendo de alguna u otra manera.

Elegir como expresamos nuestra ira es importante.

La podemos expresar de tres formas principales:



a) de forma directa y activa: es cuando expresamos nuestro enfado con insultos o gritos, o con una actitud de desprecio hacia el otro.

 b) De forma indirecta y pasiva: es cuando expresamos nuestro enfado mediante sarcasmos, criticas, chismorreo o dejamos de hablar con la otra persona.




c) Expresando nuestros sentimientos ante la situación que nos ha ofendido de forma clara y respetuosa hacia el otro.

La tercera opción implica que seamos capaces de escuchar también las razones de la otra persona, quizás por eso es la más difícil de aplicar, pero es la que nos va ayudar a mejorar la relación y a resolver el conflicto que haya surgido.



Si escuchamos las razones de la otra persona, probablemente veremos algo de verdad en lo que expresa y tal vez podremos entender algo acerca de cuáles son sus sentimientos y sus pensamientos. Si es necesario, podremos preguntarle algo más acerca de cuáles son sus razones para comportarse como lo hizo.

Escuchar al otro nos debiera dar la posibilidad de explicar nosotros también cuáles son nuestras razones y nuestros sentimientos acerca de la situación que se haya producido.



No siempre es posible este planteamiento. Si la otra persona se pone a la defensiva , no será posible este dialogo en el que ambas partes hablan de sus sentimientos y se ponen de acuerdo para empatizar mutuamente. Lo más prudente entonces es esperar a otro momento más idóneo en el que la otra persona esté dispuesta a escuchar.


divendres, 15 de desembre del 2017

AYUDANDO A SOLUCIONAR PROBLEMAS

En nuestra vida cotidiana podemos encontrar múltiples situaciones en las que será importante ejercer nuestra capacidad de ayuda Podríamos poner múltiples ejemplos: una amiga que sufre una ruptura de pareja, o un hijo que ha perdido su empleo, un hermano que ha sufrido un desengaño y así podríamos seguir enumerando situaciones  dolorosas que pueden afectar a personas de nuestro entorno.


Cuando alguna persona sufre, es natural que queramos ayudarla. Pero, con frecuencia nos  sorprende ver que no es fácil. Probablemente esa persona a la que queremos ayudar, se enfadará con nosotros si le preguntamos qué le pasa. Nos sentiremos entonces dolidos.
Si nos paramos a pensar en la situación, comprenderemos porqué a la persona que ha tenido un disgusto, le cuesta aceptar nuestra ayuda.


En primer lugar la persona que sufre lo que necesita es ser escuchada.
Nos parecerá que estamos haciendo poca cosa para ayudarla si “solo” la escuchamos atentamente. Rápidamente descubriremos que al escucharla atentamente se va sintiendo más aliviada.
Ayudar con tacto a expresar como se siente, será más útil que darle “soluciones” al problema.


Podremos ayudarla a expresar como se siente si somos capaces de empatizar con sus sentimientos, siendo capaces de ponernos en su lugar emocionalmente. Esto nos puede resultar incomodo, incluso doloroso, especialmente si hemos sufrido alguna vez un problema semejante.
Suele ser más fácil dar consejos desde la distancia emocional o dar ánimos sin sintonizar con el dolor de la otra persona, pero entonces nuestras frases suenan falsas o caemos en tópicos que más bien ofenden al que sufre.
Evitar cualquier comentario que suene a crítica es importante.
Deberemos tener cuidado con las preguntas que hacemos, podrían herir susceptibilidades. A veces las preguntas pueden sonar sarcásticas o tocar puntos sensibles del problema que aqueja a la persona que sufre, sin que nosotros seamos conscientes de ello.
Dar ánimos es un recurso que hay que utilizar con prudencia, podemos sonar poco auténticos.


Si hemos escuchado atentamente a la persona y hemos empatizado con su problema, tal vez, podremos demostrárselo con algún comentario que la ayude a sentirse mejor. Dar tiempo para que esto sea posible es importante. Podemos ofrecernos para seguir dialogando acerca de la situación en días sucesivos si la persona lo desea, esto le ayudara a poder ver el problema con mayor perspectiva.


dimecres, 6 de desembre del 2017

COMO MEJORAR LA RELACIÓN CON NUESTRA PAREJA


Comunicarnos bien con nuestra pareja   ayuda a que la relación sea estable y fructífera.
Si queremos conseguir una buena comunicación conviene tener en cuenta dos factores: saber expresar lo que queremos y saber escuchar al otro.



Dedicar un tiempo cada día para estar con nuestra pareja en algún lugar tranquilo, para poder hablar sin interrupciones, debiera ser un habito a fomentar, 15 minutos diarios sería suficiente.
Para que ese tiempo que dedicamos a comunicarnos fuera útil, convendría tener en cuenta algunas condiciones que favorecen que la comunicación sea fluida.
En investigaciones recientes en EEUU han desarrollado  técnicas para incrementar la buena comunicación entre los dos  miembros de la pareja. Un ejercicio para restaurar la comunicación seria sentarse uno frente al otro, cada uno desempeñaría un rol: uno seria el hablante y el otro el oyente. Estos roles se intercambiarían luego, para que el que hizo de oyente fuera el hablante y viceversa.


1) El rol del hablante es expresar durante 30 segundos lo que piensa y siente respeto a alguna situación que haya sucedido en la relación de pareja. El hablante debe expresarse  en lenguaje claro y directo, de forma correcta y no especial enérgica.
2) El oyente escucha atentamente, y cuando el otro ha terminado de hablar, hace un resumen en voz alta, de lo que ha escuchado, intentando explicar de forma clara y concisa que es lo que ha entendido de cuáles son los pensamientos que ha expresado su pareja.
3) El hablante puntúa al oyente de 0 a 100. Si la puntuación es inferior a 95, el oyente pregunta al hablante que es lo que siente que ha olvidado en el resumen que hizo.
4) luego se invierten los papeles y se sigue el mismo procedimiento.


En este ejercicio es importante la actitud de ambos miembros de la pareja.
El oyente debe escuchar sin interrumpir, mirando a los ojos  del que habla. La actitud ha de ser de espeto y de atención. Cuando el oyente hace el resumen de lo que ha escuchado no debe hace juicios de valor, no hacer comentarios irónicos.
El hablante debe exponer lo que piensa o siente respeto a una situación real, sin hacer comentarios humillantes o que puedan hacer daño al oyente.
Este es un ejercicio en el que es importante la humildad y la buena voluntad por ambas partes.

Si se realiza de acuerdo con estas pautas, favorece la confianza en el seno de la pareja y da lugar a una mayor intimidad.