dimarts, 27 de setembre del 2016

COMO CAMBIAR NUESTRA VIDA CON PEQUEÑOS GESTOS


Cuando nos planteamos que queremos cambiar nuestra vida, con frecuencia nos vienen a la mente decisiones drásticas o pensamos en circunstancias excepcionales.
En realidad, para cambiar nuestra vida son mucho más útiles los pequeños gestos diarios que se convierten en hábitos. Estos hábitos tienen la virtud de modificar nuestro carácter, lo fortalecen y hacen que actuemos de forma diferente a como veníamos actuando. El carácter define nuestra vida mucho más que nuestra capacidad intelectual.
En la cultura japonesa se habla del Kaizen que podríamos traducir como la mejora continuada. Se trataría de  ir introduciendo pequeños cambios en nuestra vida, de forma continuada, para ir consiguiendo que esta sea cada vez más equilibrada.





Para conseguir nuestros objetivos:
·primero tendríamos  que definirlos
·luego pensar cómo queremos conseguir ese objetivo 
·en tercer lugar habría que dividir ese objetivo en varias fases muy pequeñas para poder ir incorporándolas a nuestra vida.
Nuestro objetivo puede tener que ver con temas profesionales,  familiares, temas de nuestra salud u otros. El método siempre seria el mismo: definir el objetivo, pensar cómo conseguirlo y dividir ese objetivo en fases pequeñas para llegar a conseguirlo.
Poder disfrutar del camino para conseguir el objetivo nos permite mantenernos firmes y constantes en nuestro afán de superación.





También es importante simplificar nuestra vida, de acuerdo a una escala de prioridades, en la que predomine la sencillez. Esto nos ayudará también a sentirnos mejor. Aprender a simplificar nuestra vida nos llevará a conseguir ese principio de sencillez que hará que nuestra vida sea mucho más equilibrada.





Para ello sería bueno plantearnos que es lo que realmente nos resulta necesario desde el punto de vista material. Es frecuente vernos atrapados en una vorágine deseos materiales que nos impiden disfrutar de lo que realmente tenemos. La predominancia de lo material nos hace a veces olvidar la importancia de los aspectos espirituales y afectivos.
Poder tener espacios de comunicación y dialogo con otras personas nos aporta mucha mayor riqueza que acumular objetos materiales.



dimarts, 20 de setembre del 2016

COMO UN MANTRA PUEDE CAMBIAR NUESTRA VIDA



En las filosofías orientales es habitual el uso de los mantras.

Los mantras, tal como se usan en las filosofías orientales, son silabas o grupos de silabas   que se repiten con el propósito de liberar la mente.
Repetir un mantra, en voz alta, en algún momento del día, ejerce un efecto en nuestra mente.



Podemos crear nuestros propios mantras sobre temas que queremos potenciar en nosotros. Repetir el mantra que hayamos elegido,en voz alta sería como hablar con nosotros mismos, diciéndonos frases que nos den ánimo para poder enfrentar mejor las situaciones diarias.

Repetir esas frases que nos dan ánimo nos permite cambiar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esa autoimagen afecta a las acciones que emprendemos. Puede mejorar nuestra seguridad y  autoconfianza, lo cual repercute en poder conseguir realizar nuestros proyectos.



El uso del mantra debería ser, preferentemente, en un lugar tranquilo donde no vayamos a ser interrumpidos durante por lo menos media hora.
Sería adecuado adoptar una postura relajada y concentrarnos en  nuestra respiración durante por lo menos 5 minutos.
Pensar acerca de aquello que queremos conseguir en ese momento de meditación.
Empezar a vocalizar el mantra tomando aire lentamente y pronunciando el mantra al exhalar.


Aunque pueda resultarnos chocante este planteamiento, tiene un sentido lógico. Si pensamos acerca de cuál es nuestro dialogo interior cotidiano, nos daremos cuenta que es frecuente que  nos hagamos reproches o críticas  y eso repercute negativamente en nuestra autoimagen.

La fuerza de las palabras es grande tanto las que decimos a los demás como las que nos decimos a nosotros mismos.
A través del uso de los mantras  nos hacemos más conscientes de que es lo que nos decimos a nosotros mismos y también mejoramos nuestra autoimagen. 

dimarts, 13 de setembre del 2016

SENTIRNOS BIEN CON NOSOTROS MISMOS ES POSIBLE




En esta serie de artículos sobre cómo sentirnos bien con nosotros mismos hemos destacado la importancia de dedicar un tiempo diario de reflexión personal en soledad y silencio.

También realizar diariamente una hora de ejercicio físico y cuidar la alimentación . 
A todo esto tendríamos que añadir la necesidad de seguir ampliando nuestros conocimientos. Dedicar un tiempo diario a la lectura, por lo menos media hora, nos ayudará a sentirnos mejor.






Hay que saber seleccionar nuestras lecturas. Buscar lecturas que nos aporten  conocimiento o que amplíen nuestra visión de la vida. Si sabemos seleccionar bien, aprenderemos que muchas de las cosas que nos preocupan ya las han vivido otras personas y podremos aprender cómo estas personas enfocaron el problema para solucionarlo.



Si además dedicamos un tiempo al final del día a reflexionar que hemos hecho ese día y analizamos que cosas podríamos mejorar, preguntándonos si cambiando algo de lo que hicimos durante el día, tal vez, progresaríamos  en nuestro crecimiento personal y mejoraríamos  nuestra vida.

Por ejemplo, si al final del día descubrimos que ya desde primera hora de la mañana estuvimos acelerados, corriendo y enfadándonos con todas las personas con las que nos cruzábamos, nos podríamos preguntar si hubiera sido posible hacer algo distinto, para que las cosas hubieran sido más relajadas y más satisfactorias para nosotros y las personas de nuestro entorno.



Tal vez se nos podría ocurrir cómo organizar mejor nuestro tiempo, levantándonos un poco antes u organizando mejor los preparativos. Tal vez entonces nos daría tiempo de desayunar tranquilos, charlar con nuestros hijos o con nuestra pareja y podríamos ir hacia el trabajo menos estresados.
Todo esto nos lleva a plantearnos cuales son nuestros horarios y como organizamos el tiempo que dedicamos a dormir. Son muchas las personas que se quejan de que duermen mal. En primer lugar tendríamos que tener en cuenta que no son tan importantes la cantidad de horas que dormimos como la calidad del sueño.  Es mejor dormir seis horas profundamente que diez horas de manera discontinua. Si dormimos profundamente necesitamos menos horas para dormir.




Cenar temprano favorece dormir mejor. Cuidar nuestra mente las últimas horas del día de antes de ir a dormir, nos ayuda a dormir mejor. En este sentido es preferible que las actividades del final del día sean tranquilas. No dedicarnos a hacer actividades físicas intensas o ver espectáculos o lecturas que nos alteren, mejor evitar las discusiones o las noticias que da por la TV. Es mejor relajarse, escuchar música tranquila, tomar una infusión. 




Si probamos a reorganizar nuestros horarios durante al menos un mes descubriremos que los nuevos horarios se han convertido de un hábito y nos será más fácil mantenerlos. Será entonces cuando veremos sus ventajas.


Si además de todo lo anterior incluimos el hábito de sonreír con más frecuencia descubriremos también como la sonrisa nos relaja y nos relacionamos mejor con los que nos rodean.

dimarts, 6 de setembre del 2016

LA RELACION DE PAREJA Y LAS VACACIONES




Se viene observando, desde hace años que un porcentaje importante de los divorcios que se producen  en España se inician alrededor del mes de Septiembre.

Probablemente la convivencia durante el periodo vacacional puede facilitar que  surjan más momentos de tensión en la relación de pareja. Hay más tiempo para observar al/la otro-a. Conflictos latentes o diferencias de opinión importantes se van a poner de manifiesto de una manera más clara al convivir durante más tiempo juntos. Puede surgir entonces un sentimiento de extrañeza: “que hago yo estando con esta persona? ”.


También es cierto que durante las vacaciones tenemos más tiempo para pensar y para observarnos a nosotros mismos. A menudo, nos vienen a la mente pensamientos acerca de situaciones personales o profesionales que podríamos haber resuelto de otra forma. Es como si al no tener la actividad intensa que tenemos el resto del año, surgiera un sentimiento de disconformidad con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Esta reflexión puede ser saludable, si nos lleva a mejorar en algo nuestra vida actual. Pero esta reflexión puede ser negativa si solo conseguimos reprocharnos cosas que hicimos en el pasado.


En el peor de los casos si la reflexión nos lleva a reprochar a nuestra pareja cosas que “podría haber hecho y no hizo”, se producirá un desequilibrio en la relación. Habrá que ver si ese desequilibrio que se produce en la relación de pareja, se puede compensar, mediante el diálogo para resolver las tensiones que hayan surgido.

La forma de establecer el diálogo y la comunicación será sobre la base de aceptarnos a nosotros mismos tal como somos y poder acercarnos al otro sin pretender dar una imagen falsa.


No podemos exigir al otro que sea de una forma diferente a como es, pero sí comunicarle cuales son las actitudes que nos han molestado.  Si del dialogo entre las dos personas de la pareja surge un análisis profundo de cuál es la situación que ha provocado el desajuste, seguramente el equilibrio se podrá restablecer.

Probablemente ambas personas de la pareja van a tener que cambiar algo de su comportamiento y de su actitud con el otro. Ese cambio va  a ser posible si se escucha verdaderamente al otro. Si eso no fuera posible, habrá una pugna entre los dos que llevará a un sinfín discusiones tensas.


Analizar que es lo que sucede y porque uno no puede escuchar al otro, sería entonces la única manera de resolver esa situación. Esto, en ocasiones, requiere poder consultar a un psicólogo especializado en terapia de pareja. Tal vez  en algunos casos, uno de los dos decida iniciar una terapia individual para conocerse mejor a sí mismo y las situaciones que han llevado al conflicto de pareja.