dimecres, 27 de juny del 2018

COMPARTIR NOS HACE SENTIR MEJOR

Se viene hablando cada vez más, de la importancia del ejercicio físico y los beneficios que genera para sentirnos bien tanto a nivel físico, como mental.

Pero, también se observa que la relación con las personas de nuestro grupo social repercute, de forma importante, en cómo nos sentimos.


Participar en actividades grupales que desarrollen alguna de nuestras cualidades nos hará sentir mejor. Puede ser un grupo de teatro amateur, una coral, una asociación ecologista, un taller de manualidades  o cualquier otra actividad. Lo importante es que se trate de alguna actividad que nos implique en un compromiso voluntario.



El compartir con otras personas un objetivo común produce un efecto saludable en todos los miembros del grupo. Si se establece una sintonía suficiente se generarán relaciones estables entre las diferentes personas del grupo que harán que todos se sientan apoyados y acompañados.

Si el hecho de desarrollar una actividad ya es saludable, el compartirla con otras personas en el marco de un grupo nos aporta todavía más.



Este tipo de actividades a las que nos referimos no suelen tener ninguna finalidad política ni económica, pero aportan a los individuos que las realizan sentimientos cívicos, de igualdad social y de control sobre la propia existencia.

Estos tres elementos son muy interesantes para sentirnos bien en nuestro ambiente social. Estas tres condiciones se interrelaci0nan entre sí. Hacen que los individuos se sientan menos estresados y también aumentan las posibilidades de libertad en cuanto a desarrollar el talento propio y realizarse en la vida.



Elegir libremente alguna actividad nos aporta también, la satisfacción de sentirnos dueños de nuestras propias decisiones. Este factor es muy importante porque sentirnos sometidos a las decisiones de los demás nos genera estrés que resulta destructivo para nuestro bienestar.


dimarts, 19 de juny del 2018

PREPARANDO LAS VACACIONES


Esperamos las vacaciones con ilusión y ganas de descansar. También deseamos romper la monotonía de nuestro día a día y reencontrarnos con amigos que habitualmente no vemos. 


Pero si no planeamos bien nuestras vacaciones no tardaremos en encontrarnos con largos ratos de ocio. Entonces observaremos que fácilmente nos vienen recuerdos negativos y nuestro estado de ánimo será progresivamente más triste y decaído.

Este es un fenómeno general. Se hicieron estudios psicológicos con voluntarios y era frecuente que un alto porcentaje de personas comentaran que estaban más decaídos durante el fin de semana o las vacaciones que durante las jornadas de trabajo.


Esto sucede porque a nuestro cerebro le desagrada el vacio. Cuando nuestra mente está libre tendemos a pensar más en lo negativo, como si fuera una forma de protegernos, aunque en realidad eso no sea necesario.

Nuestro cerebro necesita prestar atención intensa a algo que nos ayude a olvidarnos de nosotros mismos y le encanta  descubrir cosas nuevas. Es entonces cuando se nos ocurren nuevas ideas y proyectos y nos sentimos satisfechos. 


Los aspectos que debiéramos cuidar cuando planeamos nuestras próximas vacaciones serian:

1) Las tareas que nos propongamos  no debieran ser ni demasiado fáciles  ni demasiado difíciles.

2) Es útil fijarse unas metas parciales dentro de un proyecto de mayor alcance. Cada meta lograda nos ayudará a sentir más ilusión por la meta siguiente.

3) Cada uno tendrá que adaptar sus planes de  vacaciones a sus circunstancias personales y familiares. 


Cualquier proyecto que planeemos para las vacaciones si incluye estas condiciones y nos la tomamos en serio nos ayudará a que las vacaciones sean realmente agradables. 


dimecres, 13 de juny del 2018

CUIDEMOS LOS BUENOS RECUERDOS




Solemos pensar que somos objetivos y que recordamos las cosas tal como sucedieron, pero no es así. Nuestra mente modifica los recuerdos y la mayor parte de las veces no somos conscientes de ello.



Se ha observado, por ejemplo, que si después de una agradable velada, en el último momento, cuando ya nos vamos, nos cruzamos con un conocido que no nos saluda, nos quedaremos dolidos. El recuerdo de ese último momento que nos ha resultado desagradable, anulará la felicidad de las horas anteriores en las que estuvimos bien con otras personas.

Esto sucede porque nuestro cerebro queda fijado a las últimas impresiones. Tanto sean positivas como negativas.

La memoria nos juega una mala pasada en ese caso y en otros muchos, si no somos capaces de controlar nuestra mente y nuestros sentimientos.



El cerebro distorsiona los recuerdos, especialmente cuando tienen una fuerte carga sentimental. Se ha observado, por ejemplo que las personas pesimistas tienden a teñir las experiencias vividas de un tinte negativo. Otras personas en cambio es como si lo vieran todo de color rosa, con lo cual sufren después fuertes decepciones.

También a veces somos víctimas de sentimientos más intensos como puede ser la envidia que nos lleva a sobrevalorar lo que tienen otras personas y nos impide valorar y disfrutar de lo que tenemos nosotros.

Caer en compararnos con otras personas nos generará situaciones de dependencia y nos dificultará tomar las decisiones de acuerdo con nuestros intereses.



La forma de protegernos ante estas situaciones es intentar conocernos a nosotros mismos.

Conseguiremos conocernos a nosotros mismos si:

1) Intentamos reflexionar acerca de nuestros sentimientos cuando notamos que algo nos afecta.

2) Si nos fijamos en nuestras percepciones en cuanto se producen, antes de  que la memoria y los sentimientos distorsionen los recuerdos.



Una buena forma de aplicar lo anterior, seria tomar nota, por escrito, de los buenos momentos que nos sucedan, describiéndolos  con detalle y puntuándolos de 1 a 100.Es como si hiciéramos un diario de los buenos momentos vividos.

Se ha demostrado que esto  nos ayuda a tomar conciencia, recordar y valorar  esos buenos momentos que vivimos cotidianamente. También  que nos ayudará a generar sentimientos más gratos, lo cual nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros  mismos


diumenge, 3 de juny del 2018

APRENDIENDO A VIVIR MEJOR



Todos conocemos personas que parecen tener  facilidad para resolver las situaciones cotidianas de la vida. Se les suele ver contentos y satisfechos de sí mismos. 



También conocemos personas a las que les cuesta tomar decisiones que les haga salir de sus problemas. Se les ve decaídos, incluso su postura corporal denota cansancio. 

Nos preguntaremos porque algunas personas tienen facilidad para resolver los problemas cotidianos de la vida y otras no. 



En estudios recientes, realizados en universidades norteamericanas, se ha llegado a la conclusión de que en determinadas situaciones, algunas  personas no saben cómo reaccionar y esto les hace entrar en una espiral de tristeza que puede hacerles desembocar en una depresión. Si a estas personas se les ayuda a encontrar una forma de resolver las situaciones que les paralizan mejoraran notablemente.

Es decir, se puede aprender a ser feliz de la misma manera que sin darse cuenta uno empezó a “aprender” a ser infeliz.






Habría que diferenciar entre una tristeza transitoria o una situación de tristeza persistente. Será recomendable consultar a algún profesional, psicólogo clínico o psiquiatra, si el estado de ánimo triste y abatido persiste durante más de dos semanas.



En el caso de sentirnos tristes, nosotros podemos reaccionar de alguna manera para ayudarnos a paliar esa situación:





1)     por ejemplo, podemos realizar alguna tarea cotidiana sencilla que nos ayude a romper el círculo vicioso de nuestros pensamientos negativos. Puede ser alguna tarea domestica, ordenar papeles, etc. En general, tareas que no nos impliquen demasiado esfuerzo mental y que en cambio no aporten alguna sensación de tranquilidad.





2)         Realizar algún deporte nos ayudará. Se ha comprobado que el deporte  estimula nuestro cerebro, ayudando al crecimiento de neuronas y también favorece que nuestro cuerpo libere endorfinas y serotonina  lo que conlleva un aumento del bienestar y de la felicidad.





3)       También es útil poner por escrito nuestras preocupaciones. Una manera interesante de hacerlo, es escribir el hecho que nos altera y hacer dos columnas. En una columna pondremos los factores a favor de esa situación y en la otra los factores en contra.  Sería como hacer una especie de balance. Escribir lo que nos sucede nos ayuda a concretar más nuestra reflexión.