divendres, 30 de novembre del 2018

COMO CONTROLAR NUESTRO ESTRÉS


Cuando nos encontramos en una situación que nos genera estrés, nuestro primer impulso seria huir. Si no nos es posible, nos sentiremos mal, tanto a nivel físico como psicológico. Tal vez descargaremos nuestra ira, o bien nos quedaremos paralizados por el miedo.


Poder dirigir nuestra atención a lo que está sucediendo, cuando aparece una situación estresante, nos dará la posibilidad de reaccionar con una conducta más adecuada al momento.
Cuando sucede algo que nos altera y agobia, si nos detenernos a observar la tensión que parece en nuestros músculos, en nuestra mandíbula, como se nos acelera el pulso, podremos hacernos conscientes de cuáles son nuestros sentimientos, de enfado, o de temor. Para lograr todo esto nos ayudará estar atentos a nuestra respiración.


Centrarnos en nuestra respiración nos permite acercarnos al momento que nos estresa desde una situación más tranquila porque prestar atención a nuestra respiración nos calma.
Una persona fumadora nos explicaba que el deseo de fumar un cigarrillo solía durar unos segundos. Empezó a practicar ejercicios de respiración cuando sentía el impulso de fumar y descubrió que la tranquilizaba tanto o más que el cigarrillo que antes fumaba para calmar su estrés.
Otra persona nos comentaba que en sus visitas al dentista consiguió estar más relajada cuando en lugar de tensarse mientras el dentista trabajaba, consiguió centrarse en su respiración y en las sensaciones de su cuerpo tumbado en el sillón de la consulta.


Esta capacidad de relajarse en semejantes circunstancias es algo que se puede adquirir con la práctica. Si diariamente realizamos quince minutos de relajación, estando atentos a nuestra respiración, en algún lugar tranquilo de nuestra casa, observaremos como nuestro estado de ánimo se calma. Nos será, entonces, más fácil relajarnos de forma habitual y observar en los momentos de estrés, cual es la reacción más adecuada.  No nos dominará  nuestra impulsividad que nos lleva a descargar la tensión de maneras a veces inadecuadas,
Se viene observando en estudios recientes que la resiliencia a las situaciones estresantes es mayor en las personas que practican ejercicios de respiración y relajación  de forma regular.


dijous, 15 de novembre del 2018

¿ Que hacemos con el estrés ?


 Todos conocemos personas que están permanentemente enfadadas y que descargan su ira en los demás. 
  También personas que lo ven todo desde el punto de vista negativo. 
   Probablemente podremos reconocer  que también nos pasa a nosotros algo de esto. Notaremos además que con más frecuencia de lo normal, estamos tensos y que esto repercute en nuestra relación con nuestra familia y con otras personas de nuestro entorno.


   A veces intentamos regular nuestro estrés de maneras  que aun nos perjudican más:
   1.   Negando que estamos estresados.
  2.   Mediante la adición al trabajo. Esto sucede especialmente cuando  nuestra vida familiar nos resulta estresante, entonces buscamos satisfacción en el trabajo, donde nos valoran y de paso nos permite estar más horas fuera de casa. 
     3.Buscando estar ocupados todo el día en actividades diversas y a menudo dispersas. No conseguiremos controlar el estrés, solo conseguiremos incrementarlo.
    4. Usando sustancias (café, nicotina, drogas, comida, fármacos, alcohol,...) Estas sustancias modifican momentáneamente nuestro estado de ánimo, pero al cabo de poco tiempo nos damos cuenta de que la situación empeora. 

    Con cualquiera de estas formas fallidas de intentar regular el estrés, lo único que conseguimos es que  nuestro estado de ánimo y nuestro cuerpo  empeoren. Iremos perdiendo  capacidad de pensar con claridad y nos será difícil disfrutar de la vida en general. Es probable que aparezca alguna enfermedad orgánica en la parte más débil de nuestro organismo. 


   Para superar el estrés:
  1) Reconocer que nos pasa,  sería el primer paso para  poder mejorar nuestra situación.  
 2) Aprender a incluir en nuestra rutina diaria estrategias mentales que nos permitan modular nuestras emociones, también lo que pensamos y como nos sentimos a nivel corporalPara ello es útil aprender a practicar relajación y meditación.
  Solemos pensar que estás son técnicas complicadas o que requieren de un espacio muy  exclusivo. Pero no es así. Si aprendemos estas técnicas en un lugar adecuado, con el tiempo podríamos  aprender a practicarlas en los espacios habituales de nuestra  rutina diaria. Lugares tales como nuestro lugar de trabajo, nuestra casa o incluso el autobús, aunque resulte sorprendente, son lugares en los que es posible meditar o relajarse.



 Consultar a algún psicólogo clínico especializado en psicoterapia será una buena forma de que poder averiguar qué nos ocurre realmente y como sobrellevar  nuestro estrés. Hacer esa tarea  nosotros solos no siempre es fácil especialmente cuando hay situaciones que nos resulta doloroso reconocer.



divendres, 9 de novembre del 2018

¿ SABIAS QUE A VECES TU GENERAS TU PROPIO ESTRÉS ?


En nuestra vida cotidiana tenemos motivos  para sentir estrés. Algunos motivos son crónicos y otros son ocasionales. Algunas veces podemos predecir cuándo se va a producir una situación  estresante y en otros momentos estas aparecerán de forma impredecible. 


Nuestro cuerpo reacciona ante los estímulos estresores con reacciones de alarma más o menos intensas en un  intento de poder defenderse de lo que sentimos como una amenaza.
Tenemos mecanismos automáticos que, a veces, nos hacen reaccionar a los estímulos del exterior con mayor estrés del que realmente sería lógico.
También las ideas y los sentimientos negativos actúan como elementos que nos generan estrés.
En gran medida,  nuestro estrés surge también de la preocupación que tenemos acerca de cómo nos ven los demás especialmente si sentimos que nuestro estatus social está siendo amenazado de alguna manera.


Cuando la amenaza desaparece nuestros pensamientos se calman. De lo contrario seguimos pensando en lo que podría haber pasado y  nuestros pensamientos nos sumen nuevamente en una situación de estrés que no se puede resolver. Esto sucede con especial gravedad en las situaciones traumáticas.
Si se prolonga el estado de estrés, sentiremos cada vez mayor tensión muscular, especialmente en la espalda o en la mandíbula, se puede alterar nuestro ritmo cardíaco, sintiendo entonces taquicardias o se pueden producir arritmias y así una larga lista de síntomas somáticos que pueden surgir a raíz del estrés, según cual sea el punto más frágil de nuestro organismo. Todo esto sucede cuando nuestro cuerpo está  en estado de alerta permanente, preparado para enfrentarse a algún peligro, supuesto o real.
Ser conscientes de lo que nos está sucediendo nos ayudará a reaccionar de manera más adecuada. Esto requiere ser capaces de cultivar nuestra capacidad de reflexión para tener mayor resiliencia ante las situaciones estresantes.
En ocasiones puede ser necesario solicitar ayuda a algún psicólogo, especialmente cuando se han sufrido situaciones traumáticas.


En la medida que podamos manejar mejor nuestro estrés podremos pensar con claridad y recuperar nuestra capacidad de nuestra capacidad de reaccionar de forma inteligente ante los estímulos estresores.
Ser capaces de reaccionar ante las situaciones sociales nos ayudará a sentirnos mejor. Lo que no podemos hacer es reprimir las sensaciones nocivas y hacer ver que no pasa nada.


Ser capaces de pararnos a pensar, es fundamental. A ello nos ayudará  hacer ejercicio regularmente, practicar yoga o meditación, hablar con personas de nuestra confianza y cultivar aficiones. Poder tener una actitud de mayor perspectiva antes las situaciones que nos hacen sentir estresados es fundamental para que el estrés no nos domine de forma permanente.