Nuestros
hijos crecen en un ambiente cargado de
continua información a través de la TV, de los móviles y de otras
pantallas. Es frecuente que contemplen a través de estos aparatos escenas de violencia
y noticias desagradables. Esto les sobrecarga de información negativa sobre
temas sobre los cuales sienten que no pueden influir.
Lamentablemente
recibir cotidianamente noticias de este tipo nos acaba insensibilizando ante el
dolor ajeno. Los niños crecen entonces con mayor dificultad para poder
empatizar con el sufrimiento de otras personas , la vida real acaba
resultándoles poco emocionante y buscan entonces experiencias excitantes a
través de juegos violentos en las que se ponen en peligro ellos mismos o a
otros niños. Recordemos casos recientes de acoso escolar o de violencia en las escuelas.
Sería
recomendable:
1)
Limitar el tiempo de uso de la TV y de todo tipo de pantallas, de esta forma
limitaremos la cantidad de información negativa, de imágenes y sonidos
estridentes que ocupan la mente de nuestros niños.
2)
Aumentar el tiempo que dedican nuestros hijos a jugar, a pensar o simplemente a
no hacer nada. Esto les ayudará a que sean más creativos y a bajar su nivel de
ansiedad. Compartir con ellos juegos nos ayudará a nosotros también a
desconectar de los problemas de la vida cotidiana.
Aunque
es una tentación recurrir a la TV como “canguro” recordemos que el contenido
que contemplan nuestros niños tiene un poder adictivo e hipnótico. Poder
contemplar la TV está bien, siempre y cuando sea con espíritu crítico,
seleccionando el contenido de lo que ven.
Podríamos
aplicarnos a nosotros mismos un pequeño cuestionario para verificar cual es
nuestro propio nivel de adicción a la TV, al correo electrónico o al móvil. El
cuestionario consistiría básicamente en preguntarnos:
1)
Cuantas horas dedicamos a cada uno los elementos electrónicos que tenemos?
2)
Que tipo de programas vemos en la TV?
3)
Como nos sentimos después de ver en la TV determinados programas?
4)
Cuantas veces al día revisamos nuestro correo electrónico?
5)
Tenemos siempre encendida la radio o la TV aunque no les prestemos atención?
6)
Que efecto produce en nuevo cuerpo y en nuestra mente ver continuamente imágenes
violentas o escuchar noticias negativas?
Responder a estas preguntas nos puede ayudar a hacernos conscientes
de cuál es nuestra vinculación con estos elementos que en principio pueden ser útiles
si sabemos utilizarlos .