Con
frecuencia tenemos la impresión de que
no podemos fiarnos del todo de las personas que nos dicen algún cumplido.
Los comentarios positivos son como caricias que ofrecemos a
las personas que nos rodean, siempre que expresen amabilidad comprensión y respeto.
Si estamos enfadados con alguien evidentemente nos va a costar decirle cosas positivas pero también es posible que la relación mejore si intentamos dialogar con esa persona partiendo de alguna premisa positiva. Tal vez esto facilitará que la otra persona pueda escucharnos aunque en nuestro relato incluyamos también los aspectos negativos que nos hicieron enfadar.
En
otros momentos tendremos que decirle a alguien algo que no nos haya gustado y
temeremos disgustarle. Pero si tratamos a la otra persona con amabilidad y no
intentamos humillarle podremos decir lo que sea sin problemas. La otra persona
no va a sentirse ofendida, y tal vez aclararemos algún malentendido.
a) una
condición esencial es que los comentarios positivos sean hechos desde la
sinceridad. Si hacemos un elogio a alguien tiene que
basarse en algo que sea autentico.
b)
Expresar lo que pensamos con
respeto.
c)
Es conveniente estar atentos a nuestro lenguaje corporal. Este debiera transmitir una actitud cálida y
comprensiva.
En
nuestro día a día podríamos hacer la prueba de decir comentarios positivos a
las personas con las que nos relacionemos durante una semana. Nos resultará
sorprendente ver como se modifica la relación con esas personas. Puede tratarse
de alguien que nos atendió en una tienda, o en el transporte público, o alguien
en nuestro trabajo o de nuestra familia.
Gracias a esa actitud positiva observaremos que las personas están más
dispuestas a escucharnos y más predispuestas a ayudarnos.