Los cambios nos generan ansiedad. Nos
podemos llegar a sentir inseguros y tristes. En ocasiones, aflora incluso una
sensación de fracaso. Los cambios también
nos pueden afectar a nivel físico . La
sensación
de falta de control sobre las cosas que nos rodean influye poderosamente, para
que nos sintamos de esta manera
Estas sensaciones aparecen tanto ante
cambios de la vida cotidiana, por ejemplo, un cambio de casa o un cambio de trabajo,
como en cambios más importantes como, puede ser un cambio de país o de
circunstancias económicas, etc.
La sensación es de falta de poder
personal. Esto hace que sintamos el exterior como algo amenazador y
desconfiamos de las personas que nos rodean. Nos sentimos más vulnerables ante
las situaciones del entorno.
Si conseguimos superar estas sensaciones
e incrementamos nuestro poder personal, observaremos que nos sentimos más
optimistas y más abiertos hacia el exterior. Si tenemos mayor poder personal
nos sentiremos mejor vinculados con el exterior y nuestras relaciones sociales mejorarán.
Si logramos sentirnos más poderosos
interiormente seremos más atrevidos y podremos mostrar nuestra manera de ser de
una manera más convincente
para mejorar nuestra relación
con nuestro nuevo entorno social. Se trataría básicamente de ser capaces de
superar nuestros miedos y poder confiar más en nosotros mismos.
El
sentirnos poderosos internamente es algo frágil que debemos cuidar y potenciar.
Puede surgir espontáneamente
aunque no seamos conscientes de ello. Si
se pierde por los cambios que genera la vida, debemos buscar como recuperar
nuestra fuerza interior. Consultar a un psicólogo en esos momentos en que nos
sentimos decaídos puede ayudar .
Recordar nuestra manera de ser en momentos en que nos sentíamos
fuertes puede ser útil.
Reforzar ese recuerdo acompañándolo con ejercicios de relajación nos aportará
una sensación de alivio incluso en las situaciones que nos resulten más
difíciles.
En investigaciones recientes se ha
observado que las personas más
centradas en ellas mismas tienen más propensión a sentirse ansiosas, también
tienden a ser depresivas y suelen tener más pensamientos negativos.
Estar demasiado centrados en nosotros
mismos y en lo que los demás pueden pensar de nosotros, nos genera mucha
tensión, porque hay la tendencia a pensar que los otros piensan de nosotros
cosas negativas. Pensamientos comunes en esos momentos suelen ser: ¿Que piensan
de mí? ¿Qué dirá la gente? Son
pensamientos que solo pueden generar inseguridad y por lo tanto ansiedad y
tristeza.
En realidad si conseguimos aceptar que no
podemos controlar lo que diga la gente de nosotros y nos centramos en que es lo
que queremos hacer nosotros, conseguiremos disfrutar más de lo que estamos
haciendo y aparecerá una
sensación de libertad y tranquilidad.