dimecres, 28 de febrer del 2018

EL PLACER NO SIEMPRE DA LA FELICIDAD



Buscamos la felicidad pero no sabemos en qué consiste exactamente. La definimos a menudo con una sucesión de momentos agradables. Pero como son los momentos agradables? Como se consiguen?



Los momentos agradables pueden ser momentos placenteros o momentos gratificantes. Ambos aportan placer pero de diferente tipo y las consecuencias que se derivan de cada uno de esos momentos son diferentes.

Los momentos placenteros tienen que ver con aspectos sensoriales. Las emociones intervienen intensamente. Son momentos que suceden sin pensar, solo hay sensaciones. Son momentos transitorios que acaban bruscamente. Necesitaríamos repetirlos una y otra vez para volver a sentir esa sensación que sentíamos la primera vez que experimentábamos ese placer. Con frecuencia ese placer pierde intensidad las veces siguientes que lo vivimos y nos sentiríamos impulsados a  repetir una y otra vez buscando una satisfacción similar. Esta es la base de algunas adicciones, como pueden ser la comida o la bebida o el sexo, el juego o  cualquier otro tipo de sustancias o experiencias. Se ha comprobado que con frecuencia, estas formas de búsqueda de placer,  son formas rápidas de buscar sentirnos bien cuando nos sentimos deprimidos. En realidad solo conseguimos deprimirnos más.



Los momentos gratificantes son momentos en los que el placer es más duradero, nos sentimos totalmente envueltos por lo que estamos haciendo. Estos momentos gratificantes tienen que ver con actividades en las que nuestro pensamiento se siente implicado, nos planteamos unos objetivos y sentimos que nuestras habilidades se desarrollan. Estas actividades pueden tener que ver con aficiones de todo tipo tanto intelectual como deportivo o artístico. Incluso con tareas manuales  aparentemente rutinarias pero que realizamos  con gusto, concentrándonos en ellas y de las que disfrutamos viendo el resultado de realizarlas.  En esos momentos nos sentimos concentrados, controlando lo que estamos haciendo. No sentimos que pase el tiempo. Nuestro estado de ánimo siente una gran fluidez y tranquilidad.

Tanto los momentos placenteros como los gratificantes son necesarios para nuestra vida pero sería necesario poder vivirlos de forma que nos aportaran lo positivo que tiene cada uno de ellos.



Los momentos placenteros nos aportan sensaciones agradables si podemos dosificarlos. También son más satisfactorios cuando los podemos compartir con otras personas. Saborear las cosas placenteras en algún momento a lo largo del día, acompañados de personas agradables es una buena forma de sentirnos mejor.

En cambio, los momentos gratificantes nos aportaran la posibilidad de poder profundizar en nuestras capacidades y en las relaciones humanas y son una buena manera de sentirnos mejor con nosotros mismos.


dijous, 22 de febrer del 2018

OPTIMISMO REALISTA


Ser optimistas nos aporta muchas ventajas, porque nos ayuda a superar las situaciones adversas de la vida y nos permite rendir más en  nuestras tareas habituales. Incluso se ha comprobado que las personas optimistas suelen gozar de mejor salud física.  


Cuando fracasamos todos nos sentimos afectados. Pero la diferencia entre una persona optimista y una persona pesimista es que el optimista siente que las  situaciones negativas son superables y que no van a durar de forma permanente.

La sensación que tienen las personas pesimistas es que las desgracias son para siempre y que no es posible superarlas de ninguna manera.

En cambio cuando se trata de situaciones positivas, el optimista siente que son duraderas, en cambio el pesimista piensa que son efímeras.  Esto da lugar a que el optimista suele poder aprovechar las oportunidades de éxito que le da la vida, mejor que el pesimista.


Aunque cada persona presenta  una tendencia  innata a ser pesimista o más optimista, es posible aprender a potenciar nuestro optimismo, de una forma realista basándonos en la veracidad de los hechos.

Para conseguirlo deberíamos:

a)   identificar cualidades permanentes y universales para que los hechos positivos se produzcan. Al mismo tiempo identificar causas específicas y transitorias para los hechos adversos.  Ambas cosas nos ayudaran a sentir esperanza. Sentir esperanza es un factor que influye en la posibilidad de ser optimistas.
b)  establecer un dialogo interior con nosotros mismos en el que pudiéramos analizar que hay de cierto en lo que pensamos cuando nos ha sucedido algo que sentimos como negativo.  
c)   rechazar las ideas previas del por qué sucedió el hecho que nos preocupa. .
d) analizar las consecuencias del hecho negativo que nos preocupa, tomando distancia del problema
e) intentar comprobar la veracidad de lo que pensamos, intentando obtener pruebas que demuestren si lo que pensamos es cierto o no.



Las cosas que nos suceden suelen tener varias causas. Es conveniente analizar las causas que pudieran haber influido en el hecho negativo que sentimos como fracaso. .
Si las analizamos bien podremos ver si es  posible modificarlas o no.
Esto nos ayudará a definir de qué forma deberíamos actuar en el futuro para poder modificar una situación que nos preocupa.

dilluns, 12 de febrer del 2018

MEJORANDO NUESTROS RECUERDOS


 Las personas que se sienten deprimidas suele tener pensamientos negativos acerca de su pasado y ven el futuro con poca esperanza.

Se les puede ayudar a través de la psicoterapia a enfocar sus pensamientos de forma menos negativa.



En investigaciones recientes se ha observado que las circunstancias vividas en el pasado no determinan nuestra vida futura de forma irreversible. Las circunstancias vividas en la infancia han sido frecuentemente sobrevaloradas.


Se trataría de ayudar a las personas que sufren síntomas de ansiedad y/o de depresión a que puedan modificar su forma de pensar acerca de su pasado, su presente y su futuro.

Es bueno poder superar los sentimientos de cólera que provocan determinadas situaciones negativas vividas.  Si el sentimiento de cólera se mantiene de forma prologada,  incide en la aparición de enfermedades cardiovasculares.

En cambio valorar y disfrutar de los buenos momentos vividos en el pasado produce sentimientos de serenidad, y de satisfacción. Esto repercute también en la salud física.
Dos factores influyen intensamente para que aparezcan estos sentimientos positivos: la gratitud y el perdón.




Los sentimientos de gratitud nos hacen valorar más los buenos momentos vividos el pasado. Los buenos recuerdos ocupan entonces más espacio en nuestra mente y eso aumenta nuestra satisfacción con la vida.


Ser capaces de perdonar disminuye los sentimientos de tristeza por los hechos negativos vividos en el pasado. Aunque recordemos los hechos negativos, podemos abordar la situación vivida desde otra perspectiva. Esto transforma los sentimientos de dolor. Es decir, perdonar no es olvidar, pero si  ver las cosas de forma diferente. Los sentimientos de ira o de venganza se diluyen cuando somos capaces de perdonar.

Un buen ejemplo de esto sería Nelson Mandela . No se permitió regodearse en su amargo pasado y fue capaz de conseguir que una nación dividida se reconciliara.



No siempre es fácil perdonar. Suele ser fruto de un  intenso proceso, en el que a menudo necesitamos ser ayudados por  un psicoterapeuta experto.








dimecres, 7 de febrer del 2018

PARA SER MÁS POSITIVOS

En recientes estudios científicos se ha comprobado que las personas felices tienen una manera de organizar su pensamiento distinto al de  las personas que no se sienten felices.



Las personas felices tienden a recordar más las situaciones positivas y tienden a olvidar las situaciones negativas.

En cambio las personas que no se sienten felices recuerdan con mayor precisión las circunstancias negativas.

Aunque parece que en esta diferencia de pensamiento influyen aspectos innatos, es posible “reeducar” nuestro pensamiento para conseguir ser más positivos en la vida. Esto nos ayudará a incrementar el sentirnos mejor con nosotros mismos.

Vale la pena hacer este esfuerzo ya que se ha demostrado que una actitud mental positiva, nos protege incluso de algunas enfermedades físicas.


Aunque a las personas positivas también les suceden cosas malas, tienen mayor capacidad para afrontar esas situaciones y soportan mejor el dolor.

Las personas que tienen un estado de ánimo positivo se sienten en general más relajadas y se relacionan mejor con su entorno social ya que tienden a ser más tolerantes.

Circunstancias que tienden a aumentar nuestro sentimiento positivo de la vida:

1) Tener alguna actividad que dé sentido a nuestra vida

2) tener una vida social activa

3) cuidarse física y psíquicamente

4) tener una actitud altruista

5) sentir esperanza

En los estudios científicos realizados se observa que hay aspectos que no aumentan nuestro grado de satisfacción con la vida. Por ejemplo, se ha observado que a partir de ciertas cantidades de dinero, la riqueza no aumenta el nivel de felicidad o de satisfacción con nuestra vida. Tampoco conseguir éxitos profesionales, ni ser más o menos inteligentes.


Conviene diferenciar entre felicidad momentánea y felicidad duradera. Algunos de los ejemplos que poníamos anteriormente pueden producir un momento de felicidad efímera, pero tal vez no mejoraran de una manera duradera nuestro estado de ánimo. También a veces nos podemos conceder pequeños placeres que solo aumentan nuestro bienestar durante un rato, por ejemplo comer, o beber y que después tal vez nos hacen sentir mal.

Algunas actividades nos pueden dar una satisfacción más duradera, como cuidar nuestra casa, para sentirnos mejor en ella.  Practicar algún deporte que nos guste o yoga o Pilates. Estas pueden ser actividades que nos hagan sentir mejor con nosotros mismos  y que nos ayuden a ver la vida de manera más positiva.

También se ha observado que el grado de satisfacción con la vida aumenta progresivamente con la edad.