El martes 23 de agosto una periodista de la agencia EFE me realizó una entrevista sobre el estrés postvacacional.
A continuación expongo algunos aspectos de la entrevista.
El estrés postvacacional es un tema muy recurrente en estas fechas en las que la mayor parte de las personas están o estarán a punto de reintegrarse a sus tareas habituales.
Cuando regresamos al trabajo después de unas vacaciones cuesta recuperar las rutinas de actividad que teníamos antes de ellas. Esto repercute en alteraciones del estado de ánimo psicológico y también físico.
Pueden aparecer sensación de cansancio, tristeza, insomnio, irritabilidad. El rendimiento en el trabajo baja en los
primeros días. Pueden aparecer conflictos de relación con las personas de
nuestro entorno familiar y laboral.
Estos síntomas pueden aparecer tanto en adultos como en niños.
Aunque no sea aceptado como enfermedad por la mayoría de la escalas de clasificación diagnosticas internacionales, es una situación a la que se está dando cada vez más importancia.
Según algunos autores es un proceso de adaptación necesario cuando se vuelve a estar en contacto con la vida activa.
Estos síntomas pueden aparecer tanto en adultos como en niños.
Aunque no sea aceptado como enfermedad por la mayoría de la escalas de clasificación diagnosticas internacionales, es una situación a la que se está dando cada vez más importancia.
Según algunos autores es un proceso de adaptación necesario cuando se vuelve a estar en contacto con la vida activa.
Si el proceso de adaptación fracasa y los síntomas que hemos citado anteriormente,
permanecen, tal vez sería, entonces, conveniente profundizar en que es lo que está
sucediendo y si fuera necesario consultar
a un psicólogo.
Lo mejor es prevenir la situación de estrés postvacacional tomando algunas medidas:
1) No alargar las vacaciones hasta el día anterior a empezar a trabajar. Eso nos
permitirá resolver algunas cuestiones prácticas y podremos volver al trabajo más relajados y tranquilos. Nos será más fácil la reincorporación si durante las vacaciones hemos conseguido mantener unos horarios más o menos similares a los que tenemos en nuestra vida activa.
2) Ordenar en primer lugar la mesa de trabajo y organizar nuestra agenda estableciendo escala de prioridades de las diferentes actividades que tengamos pendientes. Esto nos permitirá decidir con más facilidad cuales son las cuestiones urgentes y dejar para más adelante las que puedan esperar.
3) Empezar de manera gradual nuestras actividades y no pretender resolverlo todo rápido. No llevarnos trabajo a casa. Saber decir “no" ayuda a frenar la impaciencia de algunas peticiones "urgentes".
4) Dormir 6-8 horas diarias.
5) Al reincorporarnos a la vida habitual resulta conveniente desarrollar alguna
actividad de ocio compatible con el trabajo.
6) Hacer ejercicio físico de manera regular, como mínimo 1h diaria. Esa actividad física puede ser caminar o apuntarnos al gimnasio o cualquier otra actividad que nos apetezca.
6) Hacer ejercicio físico de manera regular, como mínimo 1h diaria. Esa actividad física puede ser caminar o apuntarnos al gimnasio o cualquier otra actividad que nos apetezca.
Resulta especialmente interesante practicar yoga. El
yoga nos ayuda a mantener un buen estado
físico y psíquico y nos permite aprender a relajarnos.
Saber relajarnos en cualquier situación nos va a permitirá afrontar las dificultades diarias sin caer en situaciones de ansiedad.
Saber relajarnos en cualquier situación nos va a permitirá afrontar las dificultades diarias sin caer en situaciones de ansiedad.
Valorar lo positivo de lo que
reencontramos, nos ayuda. Si nos acostumbramos a sonreír con más frecuencia
comprobaremos que se genera un ambiente más cordial a nuestro alrededor. Volver
a tener el ritmo que teníamos antes de las vacaciones es cuestión de
tiempo.