dimecres, 3 de juliol del 2019

LOS NIÑOS Y EL TDAH


Las siglas TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) se refieren a un trastorno crónico del desarrollo que se caracteriza principalmente por la dificultad  para mantener la atención en las tareas que se están realizando y tendencia a presentar un comportamiento impulsivo.



Este trastorno  acaba produciendo alteraciones en diferentes áreas del funcionamiento cognitivo y también dificultades en la relación emocional y social.
El Manual diagnostico y Estadístico DSM-5 sitúa el diagnostico de este trastorno a los 12 años.
Hay mucha literatura científica acerca de los componentes biológicos de este trastorno.
También se han estudiado los factores ambientales que pueden desempeñar un papel en el desarrollo del TDAH.
Se diagnostica con frecuencia TDAH en niños y se les administra medicación para ayudarles a superar  este trastorno.


Pero en el año 2012 se desató un fuerte polémica en torno a este diagnostico cuando en la revista más importante de Alemania, Der Spiegel, se publicó una entrevista a Leon Eisenberg, la persona que describió por primera vez el trastorno de atención con hiperactividad TDAH. En esta entrevista Eisenberg afirmaba que el TDAH era “un excelente ejemplo de trastorno inventado”  y que “la predisposición genética para el TDAH estaba completamente sobrevalorada. “ Más tarde se intentó matizar esas afirmaciones de Eisenberg, diciendo que este solo intentaba decir que se sobrediagnosticaba este trastorno.
Más allá de la polémica que se generó, el hecho de que la persona que describió por primera vez el TDAH cuestione   su existencia nos hace reflexionar acerca de cuál es la situación real.



Para empezar es cierto que los niños a veces tienen una energía desbordante y que hay que ayudarles a centrar la atención para que aprendan a organizarse.
No es menos cierto que los padres en la actualidad están muy estresados por las múltiples ocupaciones que tienen tanto a nivel profesional como cuando llegan a casa. Aunque estén con los niños no pueden estar sentados tranquilamente con ellos, no siempre están disponibles para ellos.
Actualmente todos tenemos una tendencia  a querer hacer más de dos cosas a la vez, lo cual dificulta poder estar realmente por las cosas que hacemos.
Tal vez el comportamiento de los niños sea un síntoma de una forma de hacer las cosas en la actualidad y esto nos afecta a todos. Llevamos una vida hiperactiva.


Intentar tener tiempo para dedicarnos a conversar y a jugar con nuestros hijos, ayudaría a que todos pudiéramos estar más comunicados emocionalmente .
Ayudaría a que los niños pudieran estar más centrados  en sus  tareas:
- tener una actitud positiva hacia ellos,
-conservar la calma y hablarles despacio
- ayudarles en las tareas escolares
- alternar actividad física con otras actividades  más calmadas
- darles instrucciones breves y simples.



Tal vez durante las vacaciones podríamos empezar a ensayar algunas de estas pautas con idea de tener todos una vida más calmada.