dilluns, 31 de desembre del 2018

DE NUEVO AÑO NUEVO


¿Preparados para el Año Nuevo?
¿Ya tenéis los nuevos buenos propósitos para el 2019?
También es útil hacer un balance de cómo nos fue durante el año que termina.


Algunas cosas de las que han sucedido durante este 2018, no dependían solo de nosotros, pero en otras, seguro que nuestra actitud ha influido.
Sería ahora el momento de hacer una revisión de que es lo que hemos conseguido.


Esta revisión sería importante hacerla en todos los aspectos de nuestra vida:
¿Nos hemos preocupado suficientemente de nuestra salud?
¿Hemos cuidado la relación con nuestra pareja?
¿Y con el resto de nuestra familia, que tal han ido las cosas?
En el ámbito profesional, ¿cuáles son los objetivos que hemos cumplido y cuáles no?
¿Hemos cuidado bien nuestro dinero, o lo hemos gastado descuidadamente?
¿Que aficiones o hobbies hemos desarrollado?
¿Que inquietudes intelectuales o espirituales  nos han ocupado  algún tiempo?
Y así podríamos ir revisando muchos otros aspectos que han formado parte de nuestra vida durante el último año. Esta revisión nos ayudará a planificar nuestro próximo año mejor de lo que lo hayamos hecho hasta ahora.


Como las cosas nos suceden sólo por casualidad, poder planificar el nuevo año, a partir de nuestra experiencia reciente, nos ayudará a que nuestros buenos propósitos se cumplan realmente. 

diumenge, 23 de desembre del 2018

LA NAVIDAD Y LOS NIÑOS DESPUÉS DEL DIVORCIO DE SUS PADRES



 Las primeras Navidades después de un divorcio pueden ser un poco duras, especialmente si se tienen niños pequeños. Es natural que tanto el padre como la madre estén pendientes de que la situación sea llevadera para los niños.



  Las emociones juegan siempre un papel importante y condicionan como cada uno de los dos ex cónyuges va a sentirse ante la nueva situación. No es la misma la actitud del que tomó la decisión de separarse que la del que recibió la noticia de que su cónyuge se quería separar. Los sentimientos pueden ser de culpabilidad o de tristeza o tal vez de una actitud excesivamente alegre, depende  de como cada uno viviera la situación. Tal vez puede aparecer un sentimiento de sobreprotección hacia los niños.


Si se puede contar con un entorno familiar que apoye a cada uno de los dos, padre y madre,  en la nueva situación, todo será más fácil. Los amigos que puedan colaborar en ese sentido van a ser siempre bienvenidos.  
Es conveniente y natural que a partir del momento de la separación se puedan repartir las celebraciones con los niños, de forma equitativa entre ambas partes. Aunque al principio les cueste, los niños aceptaran la nueva realidad: a partir de ahora las Navidades serán por separado, unos días con papá, otros días con mamá.


Los niños tienen capacidad para entender y aceptar lo que se les explica de forma clara. Las cosas  serán más fáciles si cada uno de los padres da su versión de la situación, manteniendo una actitud de profundo respeto hacia el otro cónyuge.  


dimarts, 11 de desembre del 2018

ESCUCHEMOS NUESTRO CUERPO


Cuando sentimos algún dolor físico, tendemos a buscar remedio rápidamente, tomando algún medicamento.


Tal vez nos sintamos mejor cuando los síntomas se alivian, pero es posible que reaparezcan al cabo de poco tiempo.
Molestias simples como un dolor de cabeza, por ejemplo, puede ser la forma en que nuestro cuerpo nos está avisando de que algo en nuestra forma de plantearnos nuestra vida no va bien. Tal vez andamos muy estresados todo el tiempo, sin tiempo para saborear las cosas que hacemos, o no cuidamos nuestra vida familiar, o no tenemos tiempo para estar con nosotros mismos y cuidarnos.
En lugar de intentar eliminar la molestia física de manera rápida, nos podríamos preguntar qué es lo que está intentando decirnos nuestro cuerpo: ¿Qué emociones sentíamos cuando empezó el dolor físico? ¿Cuál era nuestro estado de ánimo? Tal vez podremos identificar alguna situación que haya dado lugar a que aparezca el síntoma.


Cuando prestamos atención a nuestros síntomas intentando pensar qué los desencadenó y como nos sentimos, nos daremos cuenta de la cantidad de pensamientos y sentimientos que se mueven en nuestra mente continuamente. Tal vez el escuchar esos pensamientos y sentimientos nos ayudará a entender algo de lo que nos está sucediendo y de donde surge nuestro malestar físico.


Me comentaba una persona que había iniciado la práctica de la meditación que empezó a entender con esa práctica cual era el origen de los dolores de cabeza que había sufrido durante tiempo. No había escuchado su cuerpo, solo había intentado aplacar los dolores con analgésicos. Poco después le detectaron una ulcera de estomago. Vivía de forma muy estresante, exigiéndose cada vez más  y esa era la causa de que fuera teniendo  síntomas físicos. Pero siguió sin cambiar su estilo de vida hasta que tuvo un infarto leve, del que afortunadamente pudo recuperarse. Empezó, entonces a replantearse las cosas de forma distinta y se dio cuenta de que necesitaba reorientar su vida.


Escuché, en otra oportunidad, a otra persona que me contaba que años atrás tuvo tres infartos en poco tiempo. Resultaba sorprendente que dijera que era lo mejor que le había pasado en su vida “tener tres infartos consecutivos y sobrevivir a ellos” explicó. Según comentaba, después de esa experiencia, tuvo que replantearse seriamente las cosas. Dejó la vida estresante que llevaba y empezó a vivir a otro ritmo, escuchándose más a sí mismo. Empezó a  valorar las cosas que tenia y los pequeños placeres de la vida.


Estos serian dos ejemplos de cómo nuestro cuerpo nos avisa de que no nos estamos tratando bien a nosotros mismos y que la vida estresante que llevamos nos acabará pasando factura.