Las fiestas
navideñas son entrañables pero, no siempre son tan felices como se suele decir. Para muchas personas son momentos de
soledad o son momentos de encuentro non gratos con familiares con los que
prefiere no coincidir. También suele ser obligatorio asistir a las cenas de
empresa o de otras entidades a las que pertenecemos y a las que no siempre nos
apetece ir.
Pero lo que
si solemos desear la mayoría de las personas es tener momentos de encuentro con
personas queridas con las que compartir
una comida o una conversación tranquila.
Poder estar alrededor de una mesa y que
haya un ambiente agradable es posible, aunque a veces, para algunas familias
parece que sea difícil. Se trataría de poder cuidar como nos comunicamos con
los demás esos días.
Dejar de
lado los temas más espinosos es primordial. Hay cuestiones que no
vamos a resolver en una comida navideña y sin embargo curiosamente siempre hay
alguien que saca esos temas durante esas comidas tan entrañables. Lo que
obtiene a cambio es una réplica enérgica por parte de otra persona del grupo
familiar y se acaba teniendo una discusión.
Un buen
propósito para esta situación sería proponer que algunos temas se aplazaran
para otro día. Si dos más personas del grupo, tomaran la iniciativa de
zanjar la cuestión, proponiendo dejar de lado los temas difíciles,
probablemente se podría disfrutar de una reunión agradable.
También hay
quien tiene tendencia a hacer comentarios viperinos a costa de uno o varios
compañeros de mesa. Saber esquivar esos comentarios con gracia, es un arte que
se puede aprender. Se trataría
de evitar el enfrentamiento pero saber responder poniendo un toque de humor que no sea hiriente. Eso ayudaría a neutralizar
al “gracioso”.
Si prevemos
que las reuniones que se nos avecinan estos días van ser complicadas, va a ser
fundamental que nos preparemos para ello. Los temas que suelen
salir en esos días, o los comentarios que se pretenden chistosos acostumbran a
ser repetitivos. Eso facilita que podamos pensar
algún tipo de respuesta genérica para situaciones más o menos similares. Esa
sería una manera de ejercitar nuestra agilidad mental.
También podemos cuidar cual es el lugar
que ocupamos en la mesa intentando sentarnos al lado de las personas más
afines.
En días previos, si la situación nos
agobia, cuidarnos a nosotros mismos, haciendo ejercicios de relajación puede
ser una buena forma de paliar la ansiedad que en ocasiones provocan estos
encuentros familiares y/o sociales.
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