divendres, 15 de desembre del 2017

AYUDANDO A SOLUCIONAR PROBLEMAS

En nuestra vida cotidiana podemos encontrar múltiples situaciones en las que será importante ejercer nuestra capacidad de ayuda Podríamos poner múltiples ejemplos: una amiga que sufre una ruptura de pareja, o un hijo que ha perdido su empleo, un hermano que ha sufrido un desengaño y así podríamos seguir enumerando situaciones  dolorosas que pueden afectar a personas de nuestro entorno.


Cuando alguna persona sufre, es natural que queramos ayudarla. Pero, con frecuencia nos  sorprende ver que no es fácil. Probablemente esa persona a la que queremos ayudar, se enfadará con nosotros si le preguntamos qué le pasa. Nos sentiremos entonces dolidos.
Si nos paramos a pensar en la situación, comprenderemos porqué a la persona que ha tenido un disgusto, le cuesta aceptar nuestra ayuda.


En primer lugar la persona que sufre lo que necesita es ser escuchada.
Nos parecerá que estamos haciendo poca cosa para ayudarla si “solo” la escuchamos atentamente. Rápidamente descubriremos que al escucharla atentamente se va sintiendo más aliviada.
Ayudar con tacto a expresar como se siente, será más útil que darle “soluciones” al problema.


Podremos ayudarla a expresar como se siente si somos capaces de empatizar con sus sentimientos, siendo capaces de ponernos en su lugar emocionalmente. Esto nos puede resultar incomodo, incluso doloroso, especialmente si hemos sufrido alguna vez un problema semejante.
Suele ser más fácil dar consejos desde la distancia emocional o dar ánimos sin sintonizar con el dolor de la otra persona, pero entonces nuestras frases suenan falsas o caemos en tópicos que más bien ofenden al que sufre.
Evitar cualquier comentario que suene a crítica es importante.
Deberemos tener cuidado con las preguntas que hacemos, podrían herir susceptibilidades. A veces las preguntas pueden sonar sarcásticas o tocar puntos sensibles del problema que aqueja a la persona que sufre, sin que nosotros seamos conscientes de ello.
Dar ánimos es un recurso que hay que utilizar con prudencia, podemos sonar poco auténticos.


Si hemos escuchado atentamente a la persona y hemos empatizado con su problema, tal vez, podremos demostrárselo con algún comentario que la ayude a sentirse mejor. Dar tiempo para que esto sea posible es importante. Podemos ofrecernos para seguir dialogando acerca de la situación en días sucesivos si la persona lo desea, esto le ayudara a poder ver el problema con mayor perspectiva.


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada