QUE NOS APORTA VIVIR EN PAREJA

La vida en pareja surge del amor reciproco que sienten dos personas. Es un amor en el que la otra persona nos parece insustituible. Predomina más el afecto que lo esperamos obtener. Implica una importante capacidad de compromiso. Al mismo tiempo la relación de pareja nos aporta estabilidad.

Si la relación de pareja es satisfactoria para ambas personas, es una relación única porque en ella coinciden tres clases de amor: nos sentimos cuidados, cuidamos al otro y hay una idealización del otro que hace que vivamos una situación de ilusión romántica, en la que valoramos más las cualidades de la persona que amamos que sus defectos.

Se ha comprobado en estudios psicológicos que las personas que viven una situación de pareja estable suelen ser más felices.

Por otra parte una de las situaciones más dolorosas en la vida afectiva de una persona es cuando hay una ruptura sentimental, especialmente si el vinculo efectivo que se había establecido era muy fuerte.

Evidentemente la relación de pareja viene condicionada desde el inicio por el carácter de las dos  personas que la componen. Pero también es importante el tiempo que dedican ambos al cuidado del vínculo. Dedicar un tiempo diario a poder hablar acerca de cómo han pasado el día será una parte importante del cuidado de la relación afectiva.

En esos momentos es importante que unos de los dos escuche atentamente de forma receptiva, en un ambiente tranquilo en el que no haya estímulos que distraigan , como la TV, por ejemplo. El que escucha puede decir alguna palabra que anime al otro a seguir hablando, pero es mejor abstenerse de hacer comentarios amplios, y evitar intentar dar soluciones rápidas. El otro no necesita que le solucionemos el problema, solo necesita ser escuchado.

Después de escuchar cuando la otra persona ha terminado de exponer la situación que le preocupa podemos hacer algún comentario, sin intentar rebatir nada de lo que el otro ha expuesto. Hay que ser especialmente delicado y evitar las palabras que suenen a crítica.

Cada uno de los miembros de la pareja representará alternativamente el rol de oyente y el de ser escuchado.

Probablemente cuando nos toque hablar valoraremos más la importancia de ser escuchados, sin que nos interrumpan con comentarios que aunque pretendan ser una ayuda, nos privan del placer de exponer en voz alta nuestros pensamientos en compañía.